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Algo más sobre fisiología de la obesidad y medicina biológica
La colaboración que la Escuela Censana tiene con la revista “Mi Herbolario” editada en Donostia supone la publicación de interesantes escritos divulgativos de diferentes patologías.
La colaboración que la Escuela Censana tiene con la revista “Mi Herbolario” editada en Donostia supone la publicación de interesantes escritos divulgativos de diferentes patologías.
En el número 26 del año 2005 se incluye un escrito sobre factores genéticos de la obesidad en el que se recoge un estudio básico del mecanismo del hambre y del eje neuroendocrino que intercomunica al cortex, al hipotálamo, al estómago y a otros aspectos olfatogustativos o de la “palatabilidad”.
Desde luego podemos insistir en los aspectos no solo fisiológicos sino bioquímicos o moleculares de la obesidad pero tememos que al final nos encontraremos de nuevo en un punto muerto, en el insondable pozo de los porqués esenciales de la obesidad.
De hecho el autor de este estudio (con una obvia buena voluntad) ya lo reconoce cuando llena su explicación de expresiones como “según esta interpretación”, “algunos científicos piensan”, “no se sabe con exactitud”, “si descartamos los factores metabólicos como una explicación poco probable de la obesidad”, “han sido propuestas dos teorías”, “en la actualidad es difícil afirmar un factor de herencia de la obesidad”.
Quiero precisar que en tanto la fisiología es una forma científica de abordar el problema de la obesidad yo como clínico naturista no debo producir el menor reproche pero sí quiero resaltar que estas reflexiones forman parte del acerbo alopático que han llevado a esta y a otras patologías a la situación que sea, a la situación que es.
De hecho, este enfoque conduce a medidas sociales, educativas y a una farmacopea deslumbrante quizás pero que no ha impedido que la obesidad avance inexorablemente hacia un problema irresoluble de proporciones brutales.
Pero ¿Por qué? ¿Quizás porque la fisiología de la obesidad es falsa tal y como se nos propone? ¡No señor! El problema es que es incompleta y no describe el ambiente interno biológico en que se desarrolla. Quiero decir que es inútil esperar 50 años o 100 años a que la fisiología precise sus tesis puesto que lo que falta es una mirada nueva que complete el paradigma médico actual.
Un nuevo diagnóstico es imprescindible, una evaluación de planos biológicos ni siquiera sospechados por las ciencias médicas básicas es necesaria. Esto es, exactamente, lo que el naturismo clínico aporta.
Por ejemplo:
1) ¿Cómo entender la lipodistrofia, una obesidad mórbida constituida en áreas específicas junto a otras sin nada de obesidad sino contamos con un factor de autoinmunidad que irrita e hipertrofia el tejido adiposo? Algo, por otra parte, señalado desde siempre en el diagnóstico médico tradicional como Calor Tóxico .
2) ¿Cómo entender la obesidad ligada a encharcamiento edematoso en personas con dietas menores a 800 calorías/día, sin valorar un trastorno del metabolismo del agua en digestivo primero e intersticial después? Es decir, Humedad-Calor .
3) ¿Cómo entender la obesidad específica de cintura, dentro del ámbito del síndrome metabólico en el que las tasas de HTA, glucemia alta, hipertrigliceridemia e hiperuricemia suben a la par de la obesidad? ¿Cómo integrar la fisiología de cada una de estas alteraciones con la propia de la obesidad a la que van ligadas?
4) ¿Qué relación tiene la obesidad-celulitis con respuestas de Calor en Sangre ? (Absolutamente obvias pero desconocidas para la alopatía).
5) ¿Y la acumulación mucosa como factor clave de frecuentes obesidades?
6) ¿Y los síndromes paracushing en la obesidad troncular se explican bien en endocrinología? Es decir, ¿Cómo entender las obesidades en Fuego de Yang asociado a Vacío de Yin ?
7) ¿Y la deficiente microcirculación? (Obesidad por Obstrucción en los Jing Mai ) ¿Y la presión enzimática que desde el hígado induce una hiperactividad pancreática general y gástrica que termina en hambre insaciable? Es decir, ¿Cómo entender la Plenitud de Yang de Hígado y su presión derivada sobre estómago? ¿Y la propia hiperfuncionalidad gástrica en cuanto a la producción de ácido clorhídrico, gastripsina, histamina y bombesina, es decir, Fuego de Estómago que resulta esencial en la obesidad con hiperfagia? ¿Cómo puede entenderse esta elemental etiología sin más conocimiento que la fisiología?
No creo que sea el momento de seguir ni de insistir más sin ser inoportuno. El Instituto INSUMED desea integrar el conocimiento de la fisiología y ciencias médicas básicas con los síndromes y conocimientos de la Medicina Tradicional China en una única reflexión naturista científica. Si conseguimos que ambas se expliquen, una y otra, entre sí, habremos elaborado un instrumento médico esencial.
Insistimos: El conocimiento de la fisiología no conduce a medidas que puedan controlar la obesidad porque cada obeso presenta alteraciones específicas, suyas propias, en cortex, hipotálamo, hipófisis anterior, tiroides, hígado, páncreas, duodeno, sistema absortito, corteza y médula suprarrenales, equilibrio simpático-vagal, adrenalínico y finalmente emocional, cultural, social y del contexto político que le envuelve.
O disponemos de otro paradigma médico que complete la fisiología o no conseguiremos adelgazar a nadie jamás.
En el número 26 del año 2005 se incluye un escrito sobre factores genéticos de la obesidad en el que se recoge un estudio básico del mecanismo del hambre y del eje neuroendocrino que intercomunica al cortex, al hipotálamo, al estómago y a otros aspectos olfatogustativos o de la “palatabilidad”.
Desde luego podemos insistir en los aspectos no solo fisiológicos sino bioquímicos o moleculares de la obesidad pero tememos que al final nos encontraremos de nuevo en un punto muerto, en el insondable pozo de los porqués esenciales de la obesidad.
De hecho el autor de este estudio (con una obvia buena voluntad) ya lo reconoce cuando llena su explicación de expresiones como “según esta interpretación”, “algunos científicos piensan”, “no se sabe con exactitud”, “si descartamos los factores metabólicos como una explicación poco probable de la obesidad”, “han sido propuestas dos teorías”, “en la actualidad es difícil afirmar un factor de herencia de la obesidad”.
Quiero precisar que en tanto la fisiología es una forma científica de abordar el problema de la obesidad yo como clínico naturista no debo producir el menor reproche pero sí quiero resaltar que estas reflexiones forman parte del acerbo alopático que han llevado a esta y a otras patologías a la situación que sea, a la situación que es.
De hecho, este enfoque conduce a medidas sociales, educativas y a una farmacopea deslumbrante quizás pero que no ha impedido que la obesidad avance inexorablemente hacia un problema irresoluble de proporciones brutales.
Pero ¿Por qué? ¿Quizás porque la fisiología de la obesidad es falsa tal y como se nos propone? ¡No señor! El problema es que es incompleta y no describe el ambiente interno biológico en que se desarrolla. Quiero decir que es inútil esperar 50 años o 100 años a que la fisiología precise sus tesis puesto que lo que falta es una mirada nueva que complete el paradigma médico actual.
Un nuevo diagnóstico es imprescindible, una evaluación de planos biológicos ni siquiera sospechados por las ciencias médicas básicas es necesaria. Esto es, exactamente, lo que el naturismo clínico aporta.
Por ejemplo:
1) ¿Cómo entender la lipodistrofia, una obesidad mórbida constituida en áreas específicas junto a otras sin nada de obesidad sino contamos con un factor de autoinmunidad que irrita e hipertrofia el tejido adiposo? Algo, por otra parte, señalado desde siempre en el diagnóstico médico tradicional como Calor Tóxico .
2) ¿Cómo entender la obesidad ligada a encharcamiento edematoso en personas con dietas menores a 800 calorías/día, sin valorar un trastorno del metabolismo del agua en digestivo primero e intersticial después? Es decir, Humedad-Calor .
3) ¿Cómo entender la obesidad específica de cintura, dentro del ámbito del síndrome metabólico en el que las tasas de HTA, glucemia alta, hipertrigliceridemia e hiperuricemia suben a la par de la obesidad? ¿Cómo integrar la fisiología de cada una de estas alteraciones con la propia de la obesidad a la que van ligadas?
4) ¿Qué relación tiene la obesidad-celulitis con respuestas de Calor en Sangre ? (Absolutamente obvias pero desconocidas para la alopatía).
5) ¿Y la acumulación mucosa como factor clave de frecuentes obesidades?
6) ¿Y los síndromes paracushing en la obesidad troncular se explican bien en endocrinología? Es decir, ¿Cómo entender las obesidades en Fuego de Yang asociado a Vacío de Yin ?
7) ¿Y la deficiente microcirculación? (Obesidad por Obstrucción en los Jing Mai ) ¿Y la presión enzimática que desde el hígado induce una hiperactividad pancreática general y gástrica que termina en hambre insaciable? Es decir, ¿Cómo entender la Plenitud de Yang de Hígado y su presión derivada sobre estómago? ¿Y la propia hiperfuncionalidad gástrica en cuanto a la producción de ácido clorhídrico, gastripsina, histamina y bombesina, es decir, Fuego de Estómago que resulta esencial en la obesidad con hiperfagia? ¿Cómo puede entenderse esta elemental etiología sin más conocimiento que la fisiología?
No creo que sea el momento de seguir ni de insistir más sin ser inoportuno. El Instituto INSUMED desea integrar el conocimiento de la fisiología y ciencias médicas básicas con los síndromes y conocimientos de la Medicina Tradicional China en una única reflexión naturista científica. Si conseguimos que ambas se expliquen, una y otra, entre sí, habremos elaborado un instrumento médico esencial.
Insistimos: El conocimiento de la fisiología no conduce a medidas que puedan controlar la obesidad porque cada obeso presenta alteraciones específicas, suyas propias, en cortex, hipotálamo, hipófisis anterior, tiroides, hígado, páncreas, duodeno, sistema absortito, corteza y médula suprarrenales, equilibrio simpático-vagal, adrenalínico y finalmente emocional, cultural, social y del contexto político que le envuelve.
O disponemos de otro paradigma médico que complete la fisiología o no conseguiremos adelgazar a nadie jamás.