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Caso Clínico Nº 8. Ictus cerebral
Este muchacho ingresó a los 14 años en un hospital por ictus cerebral. En el informe médico y en lo que se refiere a sus antecedentes personales se resalta un cambio evidente en su conducta y comportamiento a partir de los 9 años. Aparece de pronto, entonces, un cuadro de hiperactividad mental y atención decaída. Rendimiento escolar bajo pero mantenimiento de ciertas habilidades en temas de su interés.
Por tanto, en esta primera etapa de su enfermedad y hasta tres semanas antes de que se produjese el ictus, Antonio expresa un trastorno de Hiperactividad Mental simple con su sintomatología obvia.
El día 9 de agosto de 2004 , 21 días antes de producirse el accidente vascular cerebral inicia un cuadro conductual con actitudes pueriles, inquietud psicomotriz, comportamiento compulsivo y ramalazos coléricos en el que debemos incluir como un síntoma más el propio ictus. En realidad, este segundo cuadro iniciado en las semanas anteriores al ictus no puede interpretarse sino como la expresión agudizada de lo que le ocurre desde los 9 años. En fin, desde el alta médica, Antonio expresa un definitivo tercer cuadro caracterizado por:
1) Hiperactividad mental con falta de persistencia en la atención. Más acentuados ambos cuadros que en la 1 ra etapa de su enfermedad.
2) Hiperactividad motriz e inquietud motora, obvias.
3) Componentes autistas, esquizoides y obsesivos de moderada severidad.
4) Desinhibición e imposibilidad de contener impulsos (a veces coléricos).
5) Ánimo eufórico y fuerza física formidable. Tanto su E.C.G. como su analítica de sangre son normales en todos sus parámetros. Análisis de orina: Normal.
6) El Doppler de troncos supraórticos y el transcraneal evidencian elevada pulsatilidad en comparación con lo normal a su edad. La angiografía digital, el TAC craneal y la R.M.N. evidencian la lesión isquémica post-ictus en ganglios basales y periventriculares.
Se le trata con ADIRO, DEPAKINE, OMEPRAZOL, DISTRANEURINE y sedantes. Resultado tras seis meses de cura: El enfermo conserva una elevada hiperactividad y falta de atención. Produce conflictos constantes con sus reacciones coléricas y compulsivas. Fracaso en el aprendizaje general.
Comentario: Tal y como este tratamiento que se ha prescrito a Antonio expresa, la pediatría y la neuropsiquiatría han establecido la convicción de que puesto que hizo un ictus es preciso protegerle de otros ictus y puesto que se trata de un hiperactivo hay que calmarle. Punto. Esto es todo.
En esta situación el paciente es conducido a una consulta de Acupuntura y Medicina Tradicional China el 12 de Enero de 2005 tras cinco meses y medio de cumplir el tratamiento que hemos dicho anteriormente y con un cuadro agudo de excitación colérica y/o eufórica, con agitación motriz y psíquica en general.
En el diagnóstico naturista que define la Medicina Tradicional China y que se práctico a este muchacho se expresó lo siguiente:
1) Calor-Plenitud de Qi de Corazón , es decir, alto tono y energía nerviosa cardiaca que constituye un factor clave en su fuerza física abrumadora, en la alta pulsatilidad evidenciada y sobre todo en la euforia constante y gestualidad alegre que le caracteriza.
2) Calor-Plenitud de Yang de Hígado , evidenciado en su agitación colérica episódica pero frecuente. En su calor interno, ojos rojos inyectados.
3) Calor-Plenitud de Estómago-Intestinos , evidenciado en una hiperfagia incontrolable. Estos metabolismos suponen una hiperactividad enzimática que no conviene aislarla de su efecto mental con el que conforma un todo único que nos parece obvio. La hiperactividad enzimática hepatogástrica determina una agitación concreta cerebral. Asociada a un hipertono cardiaco (simpático-parasimpático) constituyen un agobio vascular y cerebral que explica el ictus y su trastorno mental.
4) Vacío de Yin . He aquí el factor clave: La desarmonía funcional médulo suprarrenal. El exceso de adrenalina asociado a la caída noradrenalínica o viceversa. Y desde esta desarmonía hormonal la hiperactivación hepática y la cardiaca... y la mental.
5) Algo más. El aspecto del rostro de Antonio es el de un adolescente con acné severo pero al evaluar su Calor-Tóxico aparecen también antecedentes próximos de anginas purulentas de repetición, otitis media y abscesos en espalda que lo confirman.
Decidir que todo este conjunto de ejes alterados con su ejército de síntomas orgánicos no tienen nada que ver con la patología cerebral que le acompaña es como tratar de diferenciar la cebolla de las capas de la cebolla.
Es obvio que son una sola patología con dos expresiones distintas y es obvio que no pueden tratarse por separado.
Antonio comenzó una cura con BASE-1, BASE-2C, BASE-5, el día 14 de Enero de 2005 . En su evolución y a las 10 semanas de tratamiento su padre certifica la desaparición de la cólera, la mejoría de su conducta, mejoría casi total de su acné, euforia limitada y fracaso en la cura de su hiperactividad y falta de atención.
Conclusión: Constatamos una mejoría y proponemos una nueva consulta, nueva reflexión y nueva propuesta fitoterápica. Tras el seguimiento oportuno publicaremos otro estudio que complete el presente.
El día 9 de agosto de 2004 , 21 días antes de producirse el accidente vascular cerebral inicia un cuadro conductual con actitudes pueriles, inquietud psicomotriz, comportamiento compulsivo y ramalazos coléricos en el que debemos incluir como un síntoma más el propio ictus. En realidad, este segundo cuadro iniciado en las semanas anteriores al ictus no puede interpretarse sino como la expresión agudizada de lo que le ocurre desde los 9 años. En fin, desde el alta médica, Antonio expresa un definitivo tercer cuadro caracterizado por:
1) Hiperactividad mental con falta de persistencia en la atención. Más acentuados ambos cuadros que en la 1 ra etapa de su enfermedad.
2) Hiperactividad motriz e inquietud motora, obvias.
3) Componentes autistas, esquizoides y obsesivos de moderada severidad.
4) Desinhibición e imposibilidad de contener impulsos (a veces coléricos).
5) Ánimo eufórico y fuerza física formidable. Tanto su E.C.G. como su analítica de sangre son normales en todos sus parámetros. Análisis de orina: Normal.
6) El Doppler de troncos supraórticos y el transcraneal evidencian elevada pulsatilidad en comparación con lo normal a su edad. La angiografía digital, el TAC craneal y la R.M.N. evidencian la lesión isquémica post-ictus en ganglios basales y periventriculares.
Se le trata con ADIRO, DEPAKINE, OMEPRAZOL, DISTRANEURINE y sedantes. Resultado tras seis meses de cura: El enfermo conserva una elevada hiperactividad y falta de atención. Produce conflictos constantes con sus reacciones coléricas y compulsivas. Fracaso en el aprendizaje general.
Comentario: Tal y como este tratamiento que se ha prescrito a Antonio expresa, la pediatría y la neuropsiquiatría han establecido la convicción de que puesto que hizo un ictus es preciso protegerle de otros ictus y puesto que se trata de un hiperactivo hay que calmarle. Punto. Esto es todo.
En esta situación el paciente es conducido a una consulta de Acupuntura y Medicina Tradicional China el 12 de Enero de 2005 tras cinco meses y medio de cumplir el tratamiento que hemos dicho anteriormente y con un cuadro agudo de excitación colérica y/o eufórica, con agitación motriz y psíquica en general.
En el diagnóstico naturista que define la Medicina Tradicional China y que se práctico a este muchacho se expresó lo siguiente:
1) Calor-Plenitud de Qi de Corazón , es decir, alto tono y energía nerviosa cardiaca que constituye un factor clave en su fuerza física abrumadora, en la alta pulsatilidad evidenciada y sobre todo en la euforia constante y gestualidad alegre que le caracteriza.
2) Calor-Plenitud de Yang de Hígado , evidenciado en su agitación colérica episódica pero frecuente. En su calor interno, ojos rojos inyectados.
3) Calor-Plenitud de Estómago-Intestinos , evidenciado en una hiperfagia incontrolable. Estos metabolismos suponen una hiperactividad enzimática que no conviene aislarla de su efecto mental con el que conforma un todo único que nos parece obvio. La hiperactividad enzimática hepatogástrica determina una agitación concreta cerebral. Asociada a un hipertono cardiaco (simpático-parasimpático) constituyen un agobio vascular y cerebral que explica el ictus y su trastorno mental.
4) Vacío de Yin . He aquí el factor clave: La desarmonía funcional médulo suprarrenal. El exceso de adrenalina asociado a la caída noradrenalínica o viceversa. Y desde esta desarmonía hormonal la hiperactivación hepática y la cardiaca... y la mental.
5) Algo más. El aspecto del rostro de Antonio es el de un adolescente con acné severo pero al evaluar su Calor-Tóxico aparecen también antecedentes próximos de anginas purulentas de repetición, otitis media y abscesos en espalda que lo confirman.
Decidir que todo este conjunto de ejes alterados con su ejército de síntomas orgánicos no tienen nada que ver con la patología cerebral que le acompaña es como tratar de diferenciar la cebolla de las capas de la cebolla.
Es obvio que son una sola patología con dos expresiones distintas y es obvio que no pueden tratarse por separado.
Antonio comenzó una cura con BASE-1, BASE-2C, BASE-5, el día 14 de Enero de 2005 . En su evolución y a las 10 semanas de tratamiento su padre certifica la desaparición de la cólera, la mejoría de su conducta, mejoría casi total de su acné, euforia limitada y fracaso en la cura de su hiperactividad y falta de atención.
Conclusión: Constatamos una mejoría y proponemos una nueva consulta, nueva reflexión y nueva propuesta fitoterápica. Tras el seguimiento oportuno publicaremos otro estudio que complete el presente.