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Cuperosis

En la página 128 del Vademécum INSUMED 2002 se precisaba una ficha sobre Rosácea-Rinofima-Cuperosis y se definían como unas enfermedades inflamatorias crónicas que determinan eritemas, pápulas, pústulas y telangectasias en la cara, nariz y a veces en tronco y extremidades.

Ahora bien, la alteración esencial es la hipertrofia del tejido, especialmente de la nariz (rinofima).

La dermatología acepta que la causa es desconocida y por tanto el tratamiento se remite a la cura con antibióticos o al metromidazol de respuesta incierta y pobre.

Puesto que la rosácea no produce comedones ya que no supone alteración queratínica ni hormonal, tampoco el tratamiento del acné es factible en estos casos.

MEDICINA BIOLÓGICA Y ROSÁCEAS

El terreno en que se constituyen rosáceas, cuperosis y rinofima es simple y constante, Calor Tóxico y Calor de la Sangre.

Es fácil determinar esta circunstancia biológica. Se trata de una hipersensibilidad a toxinas marcada por una hiperactividad hipotalámica. Es decir, el hipotálamo cerebral responde a cualquier información toxínica que llegue del organismo con una respuesta exagerada que concentra toxinas y calor en una zona. Sería el mismo mecanismo de producción de abscesos y forúnculos pero sin depósitos de pus (que, por otra parte, en algunas rosáceas y rinofimas, también se dan).

Por tanto:

BASE-1 (3 tomas/día).
FA-615 (35, 35, 35 gotas/día).
Dieta Hiposódica – Hiperkaliémica y dentro de ella hacer énfasis en los alimentos propios para enfriar sangre y drenar toxinas (dieta nº 9).

Nota: En los hospitales de SHANDONG se ha consensuado una actualización de una vieja fórmula, PIAN ZI HUANG para mediante un ungüento, cerrar la cura de cuperosis y rosáceas, en uso externo.