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Enfermedad coronaria, estatinas y medicina biológica
Una de las lesiones más mórbidas del organismo humano es la que constituye la enfermedad coronaria tanto como cuadro agudo o como alteración estable
Una de las lesiones más mórbidas del organismo humano es la que constituye la enfermedad coronaria tanto como cuadro agudo o como alteración estable.
En ella se expresan múltiples procesos anatomopatológicos como inflamación endotelial, proliferación celular en la íntima del vaso y aumento de la coagulación. La formación en la zona lesionada de mevalonato y de isoprenoides convierten proteínas del interior de la pared vascular que son normalmente funcionales en elementos agresivos que inhiben la síntesis de óxido nítrico en el endotelio arterial y activan el factor de transcripción nuclear, lo que determina la inflamación final.
Por tanto, la naturaleza fundamental del proceso coronario ateromatoso es la inflamación endotelial y de la pared entera de la arteria.
Pues bien, una molécula ha levantado una ilusión formidable en el ámbito de la farmacopea actual. Se trata de la inhibidora de una enzima, la hidroximetilglutaril CoA reductasa que permite, al inhibir su metabolización, garantizar la presencia íntegra de esta hidroximetilglutaril CoA, determinando el control de los valores de LDL o colesterol del malo a nivel arterial. A este fármaco se le llama estatina.
Puesto que además parece inhibir igualmente la producción de proteína C reactiva, que es otro factor demostrado de inflamación vascular, las estatinas adquieren cada día un prestigio altísimo paralelo a la importancia clínica de su evidente acción antiinflamatoria y antilipemiante vascular.
En este punto le corresponde al Instituto INSUMED resaltar sin ambages lo que avance semejante está suponiendo ya para la estabilidad cardiaca y la prevención de enfermedades coronarias.
No obstante, debemos insistir que la complementación de estos fármacos con la administración de BASE-DEFINIDA-22 y BASE-DEFINIDA-23 tal y como se prescribe en la clínica hospitalaria china supone el control más natural y rápido de ambos procesos, el inflamatorio y el aterogénico sin menoscabo para ninguno puesto que ambos definen su acción en planos diferentes, las estatinas en el plano bioquímico inmediato a la lesión y la BASE-DEFINIDA -22 y BASE-DEFINIDA-23 en el ámbito biológico general, preventivo y curativo.
La prescripción de la BASE-DEFINIDA -22 y la BASE-DEFINIDA -23 constituye una ayuda esencial para todo enfermo vásculo-cardíaco, es decir, para todas las personas a partir de los 55 años.
En ella se expresan múltiples procesos anatomopatológicos como inflamación endotelial, proliferación celular en la íntima del vaso y aumento de la coagulación. La formación en la zona lesionada de mevalonato y de isoprenoides convierten proteínas del interior de la pared vascular que son normalmente funcionales en elementos agresivos que inhiben la síntesis de óxido nítrico en el endotelio arterial y activan el factor de transcripción nuclear, lo que determina la inflamación final.
Por tanto, la naturaleza fundamental del proceso coronario ateromatoso es la inflamación endotelial y de la pared entera de la arteria.
Pues bien, una molécula ha levantado una ilusión formidable en el ámbito de la farmacopea actual. Se trata de la inhibidora de una enzima, la hidroximetilglutaril CoA reductasa que permite, al inhibir su metabolización, garantizar la presencia íntegra de esta hidroximetilglutaril CoA, determinando el control de los valores de LDL o colesterol del malo a nivel arterial. A este fármaco se le llama estatina.
Puesto que además parece inhibir igualmente la producción de proteína C reactiva, que es otro factor demostrado de inflamación vascular, las estatinas adquieren cada día un prestigio altísimo paralelo a la importancia clínica de su evidente acción antiinflamatoria y antilipemiante vascular.
En este punto le corresponde al Instituto INSUMED resaltar sin ambages lo que avance semejante está suponiendo ya para la estabilidad cardiaca y la prevención de enfermedades coronarias.
No obstante, debemos insistir que la complementación de estos fármacos con la administración de BASE-DEFINIDA-22 y BASE-DEFINIDA-23 tal y como se prescribe en la clínica hospitalaria china supone el control más natural y rápido de ambos procesos, el inflamatorio y el aterogénico sin menoscabo para ninguno puesto que ambos definen su acción en planos diferentes, las estatinas en el plano bioquímico inmediato a la lesión y la BASE-DEFINIDA -22 y BASE-DEFINIDA-23 en el ámbito biológico general, preventivo y curativo.
La prescripción de la BASE-DEFINIDA -22 y la BASE-DEFINIDA -23 constituye una ayuda esencial para todo enfermo vásculo-cardíaco, es decir, para todas las personas a partir de los 55 años.