Detalles de la noticia
PH sanguíneo y trastornos del equilibrio del ácido básico
A instancias de varios terapeutas que nos instan a que hagamos una valoración sobre el PH sanguíneo y sobre los trastornos ácido-básicos que éste expresa remitimos lo siguiente:
El pH sanguíneo marca la concentración de iones hidrógeno en sangre que en situación de normalidad es de entre 737 y 743 en la escala acidez-alcalinidad de 1 a 14, lo que equivale a 37-43 mmol/litro. Una concentración menor o mayor se define como acidemia o alcalemia respectivamente. Los términos de acidosis y alcalosis hacen referencia a lo que estas alteraciones de la sangre producen en el metabolismo.
Si la concentración iónica es por encima de pH 78 o por debajo de pH 68 la alteración supone la muerte. En situaciones de acidosis metabólicas como la cetoacidosis, la acidosis láctica por hiperactividad muscular, las acidosis por intoxicación exógena y la acidosis producida por insuficiencia renal crónica glomerular, se establecen mecanismos compensadores en la misma medida que en el caso de las alcalosis y en sentido contrario.
Así pués, para garantizar el equilibrio ácido básico en sangre y por consiguiente en todo el metabolismo, existen unos ejes fisiológicos cuya función es equilibrar las desarmonías que en él se produzcan.
La respiración que al incorporar más o menos O 2 y extraer más o menos CO 2 induce una mayor o menor formación de CO 3 H 2 (ácido carbónico) o de CO 3 H + (bicarbonato) de naturaleza ácida y básica respectivamente y que como tales van a actuar sobre la sangre, es el primer mecanismo equilibrante.
En realidad este mecanismo compensador hipercápnico o hipocápnico, es decir, de mayor o menor intensidad y frecuencia respiratoria no es el único para garantizar un pH correcto puesto que otro equilibrio debe darse igualmente entre el conjunto de cationes (productores de CO 2 , es decir, de alcalinidad). Estos aniones son los sulfatos, fosfatos y ácidos orgánicos y los cationes provienen del Calcio y Magnesio (Ca y Mg).
Conclusión: En la práctica clínica conocer la tasa de CO 2 , de bicarbonato y el pH sanguíneo permite sacar conclusiones del equilibrio ácido básico o de su desequilibrio y de los síndromes mixtos o simples que lo constituyan.
Por otro lado, estas certidumbres a su vez tienen tantos otros mecanismos compensadores en la reserva alcalina y en la diferente concentración de bicarbonatos que la información diagnóstica se diluye en datos que para la práctica naturista son de poco valor y son sustituidos por la evaluación de los veinte paradigmáticos síndromes que la definen.
En Medicina Biológica lo esencial es conocer las causas, los síndromes y los terrenos en que los trastornos del PH y ácido-básicos se establecen y ponerles remedio para que automáticamente el equilibrio ácido-básico se restablezca.
Si la concentración iónica es por encima de pH 78 o por debajo de pH 68 la alteración supone la muerte. En situaciones de acidosis metabólicas como la cetoacidosis, la acidosis láctica por hiperactividad muscular, las acidosis por intoxicación exógena y la acidosis producida por insuficiencia renal crónica glomerular, se establecen mecanismos compensadores en la misma medida que en el caso de las alcalosis y en sentido contrario.
Así pués, para garantizar el equilibrio ácido básico en sangre y por consiguiente en todo el metabolismo, existen unos ejes fisiológicos cuya función es equilibrar las desarmonías que en él se produzcan.
La respiración que al incorporar más o menos O 2 y extraer más o menos CO 2 induce una mayor o menor formación de CO 3 H 2 (ácido carbónico) o de CO 3 H + (bicarbonato) de naturaleza ácida y básica respectivamente y que como tales van a actuar sobre la sangre, es el primer mecanismo equilibrante.
En realidad este mecanismo compensador hipercápnico o hipocápnico, es decir, de mayor o menor intensidad y frecuencia respiratoria no es el único para garantizar un pH correcto puesto que otro equilibrio debe darse igualmente entre el conjunto de cationes (productores de CO 2 , es decir, de alcalinidad). Estos aniones son los sulfatos, fosfatos y ácidos orgánicos y los cationes provienen del Calcio y Magnesio (Ca y Mg).
Conclusión: En la práctica clínica conocer la tasa de CO 2 , de bicarbonato y el pH sanguíneo permite sacar conclusiones del equilibrio ácido básico o de su desequilibrio y de los síndromes mixtos o simples que lo constituyan.
Por otro lado, estas certidumbres a su vez tienen tantos otros mecanismos compensadores en la reserva alcalina y en la diferente concentración de bicarbonatos que la información diagnóstica se diluye en datos que para la práctica naturista son de poco valor y son sustituidos por la evaluación de los veinte paradigmáticos síndromes que la definen.
En Medicina Biológica lo esencial es conocer las causas, los síndromes y los terrenos en que los trastornos del PH y ácido-básicos se establecen y ponerles remedio para que automáticamente el equilibrio ácido-básico se restablezca.